“Una comunidad dividida por la codicia, la cobardía y el
miedo. Un hombre perseguido por el fantasma de un pasado doloroso. Una joven en
busca de la felicidad. Siete días, un breve período de tiempo durante el cual
el Bien y el Mal librarán una batalla decisiva, y cada personaje decidirá a
cuál de los dos bandos pertenece. Con la llegada de un extranjero, la ciudad se
convierte en cómplice de una trama perversa que marcará para siempre la
historia de sus escasos habitantes. El extranjero ha viajado desde muy lejos y
necesita encontrar la respuesta a una pregunta que le atormenta: en su esencia,
¿el ser humano es bueno o malo?”
A pesar de
que un principio consideré la historia aburrida, en mi segundo intento pude
apreciar lo interesante de los temas abordados. Como en todas las obras de
Coelho que he leído, es de fácil lectura. Es una novela que te pone a pensar y
que te ofrece una perspectiva diferente de la vida y la justicia.
Al tiempo
que la leía observaba los pensamientos de los personajes hacia a Dios y me
decía que no cualquier puede leerla. A muchos le daría un infarto al leer:
“¿Aquel que decía que el infierno de Dios es el amor que siente
por los hombres, puesto que la actitud humana Le atormenta a cada segundo de Su
vida eterna?”
“Y ésta
es la lista de Tus pecados para conmigo: me hiciste trabajar más de lo necesario,
mi hija enfermó a pesar de mis oraciones, me robaron cuando intenté ser honrado,
sufrí más de lo necesario..."
“-Perdonar
a Dios -dijo el extranjero-. Perdonar a un Dios implacable que construye y
destruye sin cesar.”
Porque Dios es perfecto y no peca. Es todo poderoso y no castiga al inocente.
La novela nos hace plantearnos muchas
preguntas. Nos vemos inmersos en la historia y nos sentimos parte de ese
pueblo. Llega el punto en que te desesperas por querer saber que ocurrirá. Te preguntas
que harán los habitantes de Viscos.
El demonio y la señorita Prym tal vez no esté
a la altura de otras obras de Coehlo, pero no por ello deja de cautivarte.
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