El demonio y la señorita Prym

martes, 14 de agosto de 2012


Nuevamente me he encontrado leyendo una obra de Paulo Coelho. En esta ocasión El demonio y la señorita Prym. Hace uno o dos años había comenzando a leerla deteniéndome a poco menos de la mitad porque la consideré aburrida. No volví a tener la motivación de continuarla, pero tras ponerla en mi lista y retar a uno de mis amigos haber quién la terminaba primero, la concluí.

“Una comunidad dividida por la codicia, la cobardía y el miedo. Un hombre perseguido por el fantasma de un pasado doloroso. Una joven en busca de la felicidad. Siete días, un breve período de tiempo durante el cual el Bien y el Mal librarán una batalla decisiva, y cada personaje decidirá a cuál de los dos bandos pertenece. Con la llegada de un extranjero, la ciudad se convierte en cómplice de una trama perversa que marcará para siempre la historia de sus escasos habitantes. El extranjero ha viajado desde muy lejos y necesita encontrar la respuesta a una pregunta que le atormenta: en su esencia, ¿el ser humano es bueno o malo?”

A pesar de que un principio consideré la historia aburrida, en mi segundo intento pude apreciar lo interesante de los temas abordados. Como en todas las obras de Coelho que he leído, es de fácil lectura. Es una novela que te pone a pensar y que te ofrece una perspectiva diferente de la vida y la justicia.

Al tiempo que la leía observaba los pensamientos de los personajes hacia a Dios y me decía que no cualquier puede leerla. A muchos le daría un infarto al leer:

“¿Aquel que decía que el infierno de Dios es el amor que siente por los hombres, puesto que la actitud humana Le atormenta a cada segundo de Su vida eterna?”

“Y ésta es la lista de Tus pecados para conmigo: me hiciste trabajar más de lo necesario, mi hija enfermó a pesar de mis oraciones, me robaron cuando intenté ser honrado, sufrí más de lo necesario..."

“-Perdonar a Dios -dijo el extranjero-. Perdonar a un Dios implacable que construye y destruye sin cesar.”

Porque Dios es perfecto y no peca. Es todo poderoso y no castiga al inocente.

La novela nos hace plantearnos muchas preguntas. Nos vemos inmersos en la historia y nos sentimos parte de ese pueblo. Llega el punto en que te desesperas por querer saber que ocurrirá. Te preguntas que harán los habitantes de Viscos.

El demonio y la señorita Prym tal vez no esté a la altura de otras obras de Coehlo, pero no por ello deja de cautivarte.

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