Hace más de un mes que nuestra profesora nos asignó leer una novela: Malditas matemáticas. Alicia en el país de las matemáticas de Carlos Fabretti. Lo sorprendente es que estaba realmente entusiasmada, fui la primera en conseguir el libro (por no decir la única), pero tan pronto leí las primeras páginas sentí que no deseaba continuar. ¿Por qué?
No creo que sea un mal libro sino el hecho de saber que es obligatoria su lectura desmotiva.
Con el tiempo me he dado cuenta que cuando sabes que las cosas las tenemos que hacer sin importar si queremos o no nos desagrada realizarlas. Es algo mental, nos gusta hacer las cosas porque queremos no por obligación. Es como ir a la escuela y aprender. No nos gusta porque nos obligan, pero sin darnos cuentan algunas personas nos agrada buscar información e instruirnos nosotros mismos.
Es necesario aceptar que no siempre haremos todo porque nos guste. Existen ocasiones en que necesitamos que alguien nos obligue y al final nos damos cuenta que fue de provecho. Y es por esta razón que leeré el libro, pero no por obligación sino para disfrutar de una amena lectura.
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