Feliz Día de San Valentín, aguiluchos.
Hoy no vengo a compartir mis usual top 5 de canciones anti-amor. Hoy vengo con un regalo mucho más especial. Quise regalar este día algo personal, y de ese deseo surgió una historia que comparto con ustedes.
Alcé los párpados con violencia, el fuego y el humo nublando mi visión. Una vez más, una última vez para perderme en aquellos ojos azules. Posé la mirada en la tuya y me fundí en tus orbes gélidas. Y de pronto sentí frío y todo se volvió oscuro; la sensación de caer en un pozo sin fin.
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